Es un sábado muy caluroso en Nueva York y un grupo de jóvenes con sombreros y gafas de sol, se afanan en pintar de blanco el tejado de un edificio de apartamentos de Harlem.
Cuando terminen de blanquear el tejado se producirá una reacción en cadena: la temperatura interior del edificio bajará un 30%, sus residentes usarán menos el aire acondicionado y por lo tanto pagarán menos en electricidad, la construcción producirá menos gases de efecto invernadero y ayudarán a bajar la temperatura general de la ciudad de Nueva York.
Blanquear los tejados de la ciudad es una de las estrategias que está utilizando en la "Gran Manzana" con el objetivo de reducir para 2030 en un 30% las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero.
El programa para pintar los tejados se llama Cool Roofs. El Centro de Investigación de Sistemas Climáticos de la Universidad de Columbia ha medido la temperatura de un tejado de Nueva York en el día más caluroso del año y ha comprobado que la parte pintada de blanco se mantiene seis grados centígrados más fría.
Los tejados negros o oscuros absorben la energía del sol casi por completo, mientras que los blancos hacen rebotar el calor hacia el espacio.
Desde que Cool Roofs se puso en marcha hace tres años, han pintado 260 mil metros cuadrados de tejados.
"Vamos poco a poco y no va a ser posible pintar todos los tejados de la ciudad debido al tipo de material o porque no se dan las condiciones de seguridad necesarias para pintarlo. Pero haremos todas las que podamos", le dijo a BBC Mundo Tori Edmiston, subdirectora de Relaciones Comunitariasdel Ayuntamiento de Nueva York, la agencia encargada del programa.
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