15 de enero de 2014

Banco Popular desarrolla sucursales eco-eficientes

Se trata de sucursales especiales, cuyo funcionamiento eléctrico es alimentando en su totalidad por energía solar. Al día de hoy existen 15 oficinas que operan con este sistema fotovoltaico y la organización proyecta duplicar su número en pocos años. Además, en las dependencias generales y en un total de 88 oficinas del Banco Popular operan sistemas que permiten tener un uso más eficiente de los recursos, como sensores de movimiento para controlar la luz y reguladores del aire acondicionado o del agua en los baños. En este año 2014 un total de 57 nuevas sucursales cambiarán sus sistemas de luces vigentes al de luces LED, de manera que ahorrarán el 53% en el consumo de energía.

Para medir los avances en los niveles de eficiencia energética, el Popular utiliza un sistema de automatización, que permite calcular la cantidad de árboles que se han dejado de talar, el dióxido de carbono que se ha dejado de emitir a la atmósfera y la calidad del aire interno en las oficinas automatizadas hasta el momento.

Gracias a estos procesos, la organización financiera obtiene un balance claro de cuál es el impacto de su huella ambiental y cómo contribuye con sus acciones a un ecosistema sostenible.

Desde el inicio de sus operaciones, hace ahora 50 años, el Popular ha tenido muy presente las iniciativas de protección al medioambiente como un factor clave para el desarrollo de la República Dominicana. Tradicionalmente, el banco ha incentivado dentro de sus programas de Responsabilidad Social Empresarial acciones que ayuden a reducir su huella ambiental en el entorno en el que opera.

14 de enero de 2014

En Viena las abejas se mudan a la ciudad

VIENA. La Catedral, la Ópera y hasta una refinería de petróleo en Viena se han convertido en un hogar más seguro para las abejas que las zonas rurales, donde el uso de pesticidas y la decreciente diversidad de flores amenaza a estos insectos.

"En contra de lo que la gente piensa, los últimos estudios aseguran que la miel de las ciudades puede ser incluso mejor que la del campo, porque aquí las abejas polinizan plantas sin contaminar, que no tienen pesticidas", asegura a Efe Félix Munk, presidente de la organización de apicultores urbanos "Stadt-Imker".

Desde hace ocho años, esta asociación trabaja para preservar la vida de un insecto cuya población ha descendido de forma alarmante en los últimos años.

"Hace diez años, salías al campo con el coche y tenías que limpiar el parabrisas de tantas abejas que había, ahora a penas hay, en el 80 % del área de Austria no se encuentran abejas porque están muertas", lamenta Munk.

"Que desaparezcan las abejas de miel no deja de ser un problema comercial, pero es que en Viena hay 200 especies de abejas salvajes que proteger, tenemos un gran trabajo que hacer", añade el apicultor.

En 2011, la ONU publicó un informe en el que alertaba de la desaparición de abejas en Europa, Estados Unidos, Australia, Japón, Asia y el norte de África.

Según el documento, la muerte del insecto se debía al ácaro varroa, una plaga que mata a las abejas, y por la contaminación, el cambio climático y la agricultura industrial.

"El problema principal no es la varroa, que solo afecta a las abejas de miel, sino la agricultura industrial", destaca Munk, quien denuncia que el uso de pesticidas y la práctica de monocultivos "son mucho más peligrosos que la acción del parásito".

Por culpa de los monocultivos, las abejas no encuentran los diferentes tipos polen que necesitan para sobrevivir. Ante este panorama, los tejados y jardines de la gran ciudad suponen una buena alternativa para su supervivencia.

Prohiben actividades agrícolas y ganaderas en Los Haitises

La Comisión Especial designada por el presidente Danilo Medina, mediante el decreto 360-13, para el rescate y preservación del Parque Nacional Los Haitises, prohibió este lunes la realización de todo tipo de actividad agrícola y ganadera en dicha área protegida.

La medida fue adoptada durante una reunión celebrada en la sede del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales encabezada por el titular de esa cartera, Bautista Rojas Gómez, y que formará parte de las recomendaciones del informe final que entregarán al Jefe del Estado a principios del próximo mes.

"Desde esta misma fecha estaremos haciendo las notificaciones correspondientes respecto a la prohibición de las actividades agrícolas y ganaderas en Los Haitises", expresó Rojas Gómez luego de la reunión interinstitucional.

"Hasta el momento hemos trabajado intensamente en la socialización de diversas acciones a implementarse - precisó- con la finalidad de preservar esa área protegida fundamental para el equilibrio ecológico en la República Dominicana".

Forman parte de la Comisión, además del Ministerio de Medio Ambiente, el de Defensa, el Instituto Agrario Dominicana (IAD), Consejo Estatal del Azúcar (CEA), Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), así como las gobernaciones provincias de Hato Mayor y Monte Plata. Asimismo, el Movimiento Campesino de las Comunidades Unidas, el Comité de Desalojados de El Valle y Sabana de la Mar y la Asociación Verde de Los Haitises.

5 de enero de 2014

Crean gafas biodegradables

Investigadores de los centros tecnológicos AIDO, AIMPLAS y AINIA trabajan desde hace un año en el desarrollo de un nuevo material plástico para fabricar gafas totalmente biodegradables a partir de los residuos agroalimentarios de la industria de los zumos y frutas.

El material bioplástico resultante del proyecto, que parte de la fermentación microbiana de los subproductos cítricos generados por la industria de zumos de frutas, también podrá adaptarse para su utilización en otras industrias, como las del envase y el embalaje o la automoción, de acuerdo con fuentes del Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS).

La investigación forma parte del proyecto OPTOBIO, que busca dar uso a los residuos de la industria agroalimentaria para reducir su impacto y también desarrollar un nuevo material que permita fabricar productos óptico-oftálmicos sostenibles.

La fabricación de monturas y lentes totalmente biodegradables gracias al desarrollo del nuevo material facilitará la gestión de las mismas como residuo una vez acabada su vida útil, apunta el comunicado.

Durante el primer año de investigación, los centros tecnológicos han centrado sus esfuerzos en optimizar el proceso de obtención del material polimérico, la preparación y procesado de los biomateriales y la optimización óptica. Además, también se han dedicado a diversas actividades de vigilancia tecnológica.

Para su próximo y último año, los investigadores prevén finalizar las tareas de optimización iniciadas y estudiar las posibilidades de aplicación del biomaterial en otros sectores.

Ya se pueden reciclar las pelotas de tennis

Agencia EFE.- Tanto por el uso como por su no uso, las pelotas de tenis y pádel van perdiendo la presión adecuada para poder jugar; si queremos jugar con pelotas que mantengan sus propiedades, es decir con la presión adecuada, éstas no pueden ser sometidas a más de tres partidos ni tampoco haber estado fuera de sus envases presurizados durante mucho tiempo.

Un club de tenis de tamaño promedio gasta hasta 700 pelotas al mes. Si multiplicamos esta cifra por las muchas entidades deportivas existentes en el mundo, el dato es escalofriante, especialmente, si nos ponemos a pensar qué se hace con ellas una vez descartadas. La solución está en reciclarlas para volver a utilizarlas.
Es la apuesta de dos empresarios alicantinos que, tras obtener una patente estadounidense para toda Europa, han decidido crear la empresa WinBall que propone recuperar esas miles de pelotas, tanto de tenis como de pádel. 

Su actividad es el reciclaje de las pelotas ya descartadas, bajo el paraguas de “un compromiso claro y decidido” con el medio ambiente. Gracias al reciclaje, un jugador puede volver a usar las pelotas como si fueran completamente nuevas. El secreto está en una máquina de represurización la cual, tras albergar en su interior hasta 400 pelotas, otorga a éstas las mismas condiciones normales de presión que las que ofrecen las nuevas. Además, las bolas utilizadas pueden ser sometidas a este proceso hasta seis o siete veces, por lo que “el reciclaje se multiplica por idéntico número”.

Según los datos aportados, un contenedor de tres bolas nuevas cuesta entre $4.50 y $5.50 euros. Esta iniciativa permite reciclar las mismas pelotas por tan solo $1.00 euro. Gana el propietario del club, el jugador y el medioambiente. Además, la empresa entrega las pelotas ya recicladas en un envase presurizado al que le añade una válvula que evita la humedad en su interior.

Si lanzamos una pelota nueva desde una altura de 2.40 metros, el rebote debe alcanzar entre un 1.35 y 1.40 metros. Y las nuestras, las recicladas, lo cumplen a la perfección”, ha afirmado Diego. Tras jugar dos o tres partidos, la pérdida de presión de las pelotas nuevas es más que evidente, lo que nos lleva a desecharlas.

“Ahí entramos nosotros. Recicla, sé respetuoso con el medioambiente y, si ya no te sirven, dónalas”, ha explicado Juan Valentín, quien ha señalado que su empresa ha puesto en marcha una campaña, denominada “Esta bola aún da mucho juego”, para que estas pelotas puedan ser remitidas a países desfavorecidos donde la práctica de este tipo de deportes es “complicada”. Asimismo, se ofrece la posibilidad de personalizar tanto las pelotas como los envases, con logotipos y fotografías del club, del patrocinador, o del propio jugador.