5 de enero de 2014

Ya se pueden reciclar las pelotas de tennis

Agencia EFE.- Tanto por el uso como por su no uso, las pelotas de tenis y pádel van perdiendo la presión adecuada para poder jugar; si queremos jugar con pelotas que mantengan sus propiedades, es decir con la presión adecuada, éstas no pueden ser sometidas a más de tres partidos ni tampoco haber estado fuera de sus envases presurizados durante mucho tiempo.

Un club de tenis de tamaño promedio gasta hasta 700 pelotas al mes. Si multiplicamos esta cifra por las muchas entidades deportivas existentes en el mundo, el dato es escalofriante, especialmente, si nos ponemos a pensar qué se hace con ellas una vez descartadas. La solución está en reciclarlas para volver a utilizarlas.
Es la apuesta de dos empresarios alicantinos que, tras obtener una patente estadounidense para toda Europa, han decidido crear la empresa WinBall que propone recuperar esas miles de pelotas, tanto de tenis como de pádel. 

Su actividad es el reciclaje de las pelotas ya descartadas, bajo el paraguas de “un compromiso claro y decidido” con el medio ambiente. Gracias al reciclaje, un jugador puede volver a usar las pelotas como si fueran completamente nuevas. El secreto está en una máquina de represurización la cual, tras albergar en su interior hasta 400 pelotas, otorga a éstas las mismas condiciones normales de presión que las que ofrecen las nuevas. Además, las bolas utilizadas pueden ser sometidas a este proceso hasta seis o siete veces, por lo que “el reciclaje se multiplica por idéntico número”.

Según los datos aportados, un contenedor de tres bolas nuevas cuesta entre $4.50 y $5.50 euros. Esta iniciativa permite reciclar las mismas pelotas por tan solo $1.00 euro. Gana el propietario del club, el jugador y el medioambiente. Además, la empresa entrega las pelotas ya recicladas en un envase presurizado al que le añade una válvula que evita la humedad en su interior.

Si lanzamos una pelota nueva desde una altura de 2.40 metros, el rebote debe alcanzar entre un 1.35 y 1.40 metros. Y las nuestras, las recicladas, lo cumplen a la perfección”, ha afirmado Diego. Tras jugar dos o tres partidos, la pérdida de presión de las pelotas nuevas es más que evidente, lo que nos lleva a desecharlas.

“Ahí entramos nosotros. Recicla, sé respetuoso con el medioambiente y, si ya no te sirven, dónalas”, ha explicado Juan Valentín, quien ha señalado que su empresa ha puesto en marcha una campaña, denominada “Esta bola aún da mucho juego”, para que estas pelotas puedan ser remitidas a países desfavorecidos donde la práctica de este tipo de deportes es “complicada”. Asimismo, se ofrece la posibilidad de personalizar tanto las pelotas como los envases, con logotipos y fotografías del club, del patrocinador, o del propio jugador.

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