El francés Tom Gimbert viajó a Perú con el propósito
de mejorar su calidad de vida, sin embargo en el norte de este país encontró la
forma de ganarse el sustento diario.
Y es que logró construir un hotel a base
de caña, basura y excremento de burro: 100% amigable con la naturaleza. Gimbert
le contó a agencias internacionales que llegó al lugar mientras estudiaba
arquitectura y regresó tiempo después para llevar a cabo su soñado proyecto.
“Conocí a otro francés que llevaba 20 años viviendo ahí y me enseñó el pueblo y
la playa desde un plano más local. También me pidió diseñar un búngalo para él.
Mientras lo dibujaba empezamos a edificarlo; es una forma de construir que no
existe en Europa.
Una vez que concluí mi carrera, decidí regresar al Perú y
salió el hotel ecológico”, Lo que para muchos se tira a la basura para este artista fue el comienzo de una
nueva vida. “Compré un terreno y construí un bar con lo que encontré: cajas de
fruta, muebles que la gente ya no quería y con eso viví mientras buscaba
trabajo como arquitecto.
Luego vino cada detalle, cuartos, baños y áreas de
descanso mediante madera, caña, bambú, tierra, cal, aserrín, basura y
excremento de burro, que me sirvió como pegamento para que el barro no se
quebrara”, agregó
Actualmente el Inca Kola Eco Lodge tiene como lema “Con
creatividad todo es posible” y recibe a decenas de turistas.
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