El "Plastiki", un singular barco construido con 12,500 botellas de plástico recicladas, llegó ayer a su destino final en el puerto de Sydney tras más de 125 días de viaje desde Estados Unidos para denunciar la contaminación de los océanos.
El catamarán de 20 metros de eslora salió de San Francisco el 21 de marzo y recibió la atención de medio mundo a través de los 18,520 kilómetros de viaje realizados.
David de Rothchild, el más joven de la dinastía de banqueros, millonario y aventurero británico de 31 años, lideró la expedición con un equipo de otras cinco personas que fue escoltada a su llegada a puerto por una enorme flotilla de pequeñas embarcaciones.
"Ha sido muy impresionante, estamos muy emocionados", dijo al llegar Rothchild, que durante la travesía difundió su intención de alertar sobre la necesidad de proteger el medio ambiente a través de Internet y conferencias vía satélite. "Es necesario diseminar un mensaje positivo. Cuando se habla de medio ambiente se habla únicamente de carbón y de energía pero son conceptos etéreos, no utilizamos el carbón para nada", aseguró en una de estas entrevistas el sábado.
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