Tianjin Eco-city empezó a construirse en el norte de China en 2008 y se espera que dentro de ocho años estén concluidos sus 30 kilómetros cuadrados de extensión, que podrán albergar 350.000 habitantes.
Cuando el Gobierno chino autorizó el proyecto, una de las condiciones que puso fue que el terreno que se eligiera para la urbanización de la ciudad fuera totalmente inhabitable, no apto para la agricultura y con agua contaminada.
Irónicamente dentro de ocho años ese terreno 'muerto' será parte de la ciudad más ecológica del mundo, de la que ya se han construido 8 kilómetros cuadrados en los que ya habitan unas 200 familias.
La visión de este proyecto, financiado por los Gobiernos de China y de Singapur, es demostrar que las ciudades sostenibles son posibles ya hoy en día y que no son solo cosas del futuro. De tener éxito, Tianjin Eco-city servirá de modelo para otras naciones para evitar que el planeta se consuma rápidamente, señala el blog.
De momento solo se sabe que la ciudad sostenible producirá energía en parques solares y eólicos, el agua caliente se obtendrá gracias a calentadores solares y se trabajará para que la calidad del aire y del agua sean de las mejores del mundo.
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