La radiación, plasma y otras partículas provinieron de una eyección tipo M8.7, la segunda más intensa dentro de la clasificación de eventos solares. De acuerdo con el Centro de Predicción de Clima Espacial de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos, la erupción solar ocurrió el domingo 22 y después se generó una CME que la colocó como la tormenta de radiación más fuerte desde septiembre de 2005.
El Centro Espacial Goddard de la NASA predijo que la CME podría genera algunas auroras y quizá afectar las operaciones de algunos satélites y las comunicaciones en las ondas cortas de radio, pero no implican ningún daño hacia la salud humana.
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