
Se trata de Gerardo Gran Scheuch (25) estudiante de Ingeniería en Construcción de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad Central de Chile quien el año 2001 comenzó a vislumbrar lo que hoy no sólo es su proyecto de tesis, sino también una oportunidad de negocio y de contribuir al medio ambiente.
Agrega también que dentro de las características de este tipo de ladrillos se encuentran que son más livianos que un ladrillo, al estar hecho sobre la base de plástico mejora la aislación tanto térmica como acústica; están hechos en base a plástico triturado, a partir de botellas de plástico (envase, tapa, etiqueta), cemento y agua son más fáciles de trabajar y no son tan frágiles como un ladrillo tradicional; es más limpio dado que no necesita de un horno para su cocción, sino que le basta sólo con ponerlo al sol y a temperatura ambiente; se pueden añadir aditivos para mejorar sus características técnicas.
A su juicio, con esto se “reemplaza parcialmente una tecnología muy arraigada en nuestra sociedad para la construcción de viviendas, como es el ladrillo común de tierra cocida elaborado con un recurso no renovable. Se espera que estos ladrillo plásticos ayuden a construir viviendas en lugares de extrema pobreza.
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